La Ley del Seguro Social fue promulgada por el Presidente Franklin Delano Roosevelt el 14 de agosto de 1935. Entre otras disposiciones, la nueva Ley creó un programa de seguro social destinado a pagar a los jubilados de 65 años o más un ingreso permanente después de la jubilación.
Más adelante, durante el mandato del Presidente Eisenhower, se estableció el seguro de invalidez que expandió la cobertura a las personas discapacitadas de cualquier edad y a sus dependientes. Luego, durante la presidencia de Lyndon B. Johnson, el 30 de julio de 1965, se firmó la enmienda a la Ley del Seguro Social que creo los programas Medicare y Medicaid.
Medicare comenzó a cubrir los gastos de consulta médica y hospitalización a casi todos los estadounidenses de 65 años o más; Medicaid, por su parte, empezó a garantizarle asistencia médica a ciudadanos integrantes de familias de bajos recursos, mujeres preñadas, personas invalidas de todas las edades y aquellas que necesitasen cuidados médicos de largo plazo.
Hoy en día, cuando ya han transcurrido más de cincuenta años de su creación, Medicare y Medicaid han contribuido a mitigar las angustias de millones de familias norteamericanas que no tenían seguro. Ahora, las personas con incapacidad, familias con niños, mujeres embarazadas y trabajadores estadounidenses de bajos ingresos pueden cubrir los gastos de seguro necesarios para la preservación de la salud. De hecho, casi una tercera parte de los ciudadanos está cubierta por Medicare y Medicaid – lo que significa que hay más de 100 millones de beneficiarios de los programas.
Hoy, cerca de 55 millones de personas dependen de Medicare para cubrir 23 tipos de servicios preventivos, incluyendo vacunas contra la gripe y pruebas de diabetes, y las hospitalizaciones, pruebas de laboratorio, equipos y medicamentos.
Medicaid, por su parte, ofrece una amplia cobertura a más de 70 millones de niños elegibles, mujeres embarazadas, adultos de bajos ingresos y personas incapacitadas. También, cubre los servicios esenciales como chequeos anuales, cuidado para mujeres durante y después del embarazo y asistencia dental para los niños de familias de bajos ingresos.
Con la emisión de una tarjeta numerada para cada uno de los beneficiarios del programa, se generó un sistema cuasi-universal de identificación del que se han aprovechado diversas instituciones públicas y privadas como el Servicio de Rentas Internas, los bancos, las empresas de seguros y las universidades.
Aunque la propia Ley del Seguro Social no requiere que una persona tenga un Número de Seguro Social (SSN) para vivir y trabajar en los Estados Unidos, el Código de Rentas Internas generalmente exige que los contribuyentes presenten el número del Social Security, el “Social”, como medio de identificación para las gestiones que realicen por ante la agencia federal. Por ser un instrumento público emitido bajo estrictos estándares de seguridad, el “Social” se ha convertido en el número de identificación nacional por excelencia para tramitar por ante innumerables instituciones oficiales y privadas.
La Administración del Seguro Social emite tres tipos diferentes de tarjetas de identificación:
1. Tarjetas que muestran solo el nombre del usuario y su número de “Social”, sin restricciones para trabajar. Se otorga a los ciudadanos norteamericanos y a personas admitidas legalmente para permanecer indefinidamente en el país.
2. Tarjetas que además del nombre del usuario y su número de identificación exhiben la nota: “VALIDO PARA TRABAJAR SOLO CON LA AUTORIZACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE SEGURIDAD NACIONAL (DHS)”. Se emite para personas admitidas temporalmente al país que disfrutan de autorización oficial para trabajar.
3. Tarjetas que además del nombre y el número de identificación del beneficiario exhiben la nota: “NO VALIDO PARA EMPLEO”. Se emite para personas extranjeras admitidas en el país y no autorizadas para trabajar por el DHS.
Como vemos, el número de “Social” es necesario para declarar los aportes provenientes del trabajo individual y para estimar los impuestos a pagarle al Fisco. A la larga esos aportes serán la base de cálculo para estipular los beneficios de retiro de cada contribuyente.
Por su amplio uso, no resulta exagerado afirmar que el número de Social es el elemento que hace que una persona «exista» como un sujeto activo dentro de la sociedad norteamericana. Si usted no tiene todavía su Social y desea gestionarlo gratuitamente, visite el sitio Web www.socialsecurity.gov o llame al número de teléfono gratuito 1-800-772-1213.
Por ahora despidamos este articulo con esta ingeniosa frase de John Fitzgerald Kennedy en su discurso inaugural del 20 de enero de 1961:
“Si una Sociedad libre no puede ayudar a sus tantos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos.”
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Autor: Alfredo Gonzalez I www.negociosenflorida.com