¿Han oído hablar de Virgilio Díaz Grullón?
En mi afán de conocer cada día más sobre la historia, la geografía, las costumbres y la cultura de la República Dominicana me topé en mi búsqueda con un personaje emanado del realismo mágico latinoamericano: Virgilio Díaz Grullón.
Casualmente, una noche cualquiera, se abrió ante mis ávidos ojos de internauta un cuento corto titulado “La Enemiga”. Como por no dejar, comencé a leer las primeras líneas pero me fui deslizando con deleite hasta el final de su breve texto. Al terminar este aperitivo intelectual, me quedé con las ganas de seguir saboreando la obra de quien, sin lugar a dudas, no era ningún amateur de nuestras letras.
Gracias a las ventajas que da el acceso a Internet, “googleé” el nombre que acababa de descubrir y así vi brotar cientos de páginas dedicadas a Virgilio Díaz Grullón. Aprendí que este dominicano de excepción nació en Santo Domingo en 1924, el mismo año en que André Breton publicaba su Manifiesto Surrealista en París; se doctoró en Derecho en 1946, en la Universidad de Santo Domingo; publicó su primer cuento, Un Día Cualquiera, en 1958 y fue galardonado por esa obra con el Premio Nacional de Literatura; luego, en 1968, publicó Crónicas de Altocerro y con su cuento Edipo fue finalista en el concurso de autores hispanoamericanos patrocinado por el Instituto de Cultura Hispánica en Madrid.
Se considera que Díaz Grullón ha sido el más prodigioso escritor de cuentos psicológicos de Latinoamérica, comparándose con autores de la talla de Faulkner, Joyce, Moravia, Onnetti y Bennedetti quienes también explotaron con brillo este tipo de género. Como buen surrealista, Díaz Grullón usa el automatismo como forma literaria y deja fluir libremente su pensamiento para establecer una vinculación emocional con el subconsciente del lector. Con singular maestría nuestro autor combina elementos de la fantasía con la cotidianeidad del mundo real, haciendo aparecer como viables hechos que habrían de otra forma quedado represados por las fronteras de lo imposible. Con el es sencillo sentir que lo fantástico se convierte en realidad y lo común en fabuloso; lo improbable en verosímil y lo obvio en utopía.
Si yo que no soy dominicano siento una profunda emoción al leer a Díaz Grullón, me imagino lo que sentirá un hijo de Quisqueya recorriendo las líneas de Mas Allá del Espejo; De Niños, Hombres y Fantasmas; Antinostalgia de una Era; Crónica Policial; o A Través del Muro.
Como póstumo tributo a este notable cuentista que falleció en el 2001, no puedo menos que sugerirle a nuestros lectores que se den un paseo por cualquiera de sus estupendas creaciones literarias. No se arrepentirán…