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La ruta para sacar las economías de América Latina a flote incluye ayudas a las poblaciones más vulnerables, un comercio internacional fuerte y la posibilidad de reestructurar la deuda gubernamental con inversores privados, dijo David Malpass, presidente del Banco Mundial, en una conferencia de prensa virtual.
El organismo estima que unos 100 millones de personas en el mundo cayeron en pobreza por el impacto económico de la pandemia y esto “ha sido particularmente evidente en América Latina”. El banco espera que para junio de este año haya destinado 10.000 millones de dólares para diferentes programas de ayuda en más de 24 países de la región incluyendo el Caribe.
A partir de la crisis y el clima de inversión financiera a nivel mundial, países latinoamericanos han recurrido a la deuda para poder solventar el gasto en programas sociales y de estímulo económico. Esta deuda se está convirtiendo ya en un peso demasiado importante y el Banco Mundial espera que, por lo menos, los países más pobres puedan ver sus deudas canceladas o reestructuradas mientras se pone en marcha la recuperación.
“Durante un año, hemos estado trabajando en la moratoria de pagos y también el G20 ha presentado un marco común para la reducción de la deuda, que reconoce que la carga y el pago de la deuda existente están utilizando un espacio fiscal muy importante en los países, espacio que se necesita para las redes de seguridad social, para la educación, la salud, para las necesidades básicas de las personas”, dijo Malpass. “Si los países están pagando a sus acreedores, eso agota los recursos disponibles”, agregó.
Malpass recordó su trabajo en el Departamento del Tesoro de USA cuando, a finales de los ochenta, Estados Unidos acordó el Plan Brady, que consistía en otorgar bonos a los países de Latinoamérica que estaban inmersos en una crisis de deuda. “Eso llevó a una década perdida. Esta vez, tenemos que intentar evitar que una crisis por deuda se extienda,” dijo Malpass.
“Por lo tanto, estamos tratando de evitar una situación en la que la deuda simplemente se refinancia a una tasa de interés alta y luego continúa creciendo en el futuro. Eso requiere que los acreedores bilaterales oficiales, los acreedores del sector privado, trabajen para encontrar tasas de interés más bajas para las diversas deudas que gravan a la región”, aseguró. Fuente El País
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