Cuando el dueño de una empresa se sienta a discutir con un comprador potencial la venta de su negocio debe llevar en la mente las diversas fórmulas financieras que podrían aplicarse eventualmente a la operación. Un experto en finanzas diría que para cerrar algunos negocios hay que “ponerse creativo.”

Comoquiera que la situación ideal de pago mediante “un solo cheque” no siempre logra cristalizarse en todas las transacciones de compraventa de negocios, analizaremos acá dos casos alternos.

Financiamiento Bancario

La Gran Recesión que comenzó en 2007 y empezó a ceder en 2011, dejó una clara enseñanza en los empresarios norteamericanos con relación al uso del crédito bancario. Fueron muchas las historias de quiebras y hasta de suicidios generadas por este fatídico periodo de nuestra historia económica.

El recelo del empresariado, unido a las restricciones del gobierno a la actividad financiera de los bancos, redujo sustancialmente la dinámica del endeudamiento que existió antes de la recesión. Hoy en día la banca se siente cómoda solo cuando financia a empresas que tienen un amplio colateral en activos, sólido flujo de caja, buenos márgenes de beneficios y propietarios dispuestos a otorgar su garantía personal.

Aunque las fórmulas tradicionales de la banca han pasado a un segundo plano en las preferencias empresariales, los programas del Small Business Administration (SBA) siguen motorizando innumerables proyectos de la pequeña y mediana empresa. Es así como el límite para el programa de préstamos SBA 7 (a) ha sido aumentado de $ 2 millones a $ 5 millones.

Es importante aclarar que los créditos del SBA solo son accesibles para los ciudadanos norteamericanos y los extranjeros residentes poseedores de una “Green Card”.

Financiamiento del Vendedor

Ante las restricciones de la banca, el crédito del vendedor aparece como una excelente alternativa para llevar la venta de un negocio a feliz término. Por supuesto, este financiamiento es viable solo cuando el comprador del negocio le inspira confianza al vendedor en virtud de su habilidad empresarial y las garantías que pueda presentar. En una supuesta operación de esta naturaleza, el comprador pagaría, digamos, una cuota inicial de entre un 20% y un 50% del monto y firmaría un pagaré por la diferencia del precio de compra. 

El pagaré deberá estipular las garantías otorgadas por el comprador y fijar las condiciones de pago. En operaciones de pequeñas y medianas empresas el término puede oscilar entre 2 y 5 años y la tasa de interés entre el 5% y el 10% anual.

Por lo general, el préstamo suele asegurarse con los activos de la empresa o con las acciones, si se trata de una corporación. Cuando quedan gravados bienes propiedad del vendedor, una declaración de financiamiento UCC-1 (Uniform Commercial Code-1) debe ser llenada por el para dar fe pública de que el vendedor tiene una acreencia contra el comprador (www.floridaucc.com).

Las ventajas que se derivan del financiamiento del vendedor son múltiples y favorecen a ambas partes. Para el vendedor, porque puede declarar el impuesto a las ganancias de capital en varios ejercicios fiscales y además puede disfrutar de intereses superiores a los del mercado financiero. Para el comprador, porque puede disponer de un mayor flujo de caja operacional mientras que su rating crediticio no se altera al no registrarse la transacción en las agencias calificadoras de crédito.

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