Algunos consejos sobre cómo lidiar contra la depresión de forma efectiva.
Contra la Depresión, ¡Acción!
Si la vida no nos enfrentara a cada momento con serios problemas de diversa índole, estaríamos en el propio Paraíso y no en esta jungla terrenal. Uno de los grandes secretos del éxito en los negocios consiste en saber lidiar con esos inesperados obstáculos de orden material o espiritual que tienden a descarrilarnos de nuestra rutina empresarial.
En este artículo trataremos el tema de los conflictos del alma. No le pasa a usted, amigo lector, que hay días en que «no pega una» y siente que el mundo se le viene encima mientras que hay otros en los que todo le sale «a pedir de boca». Eso se debe, según algunos expertos de la psique, al estado de su «biorritmo”, o sea, a su ritmo biológico. ¿Qué tal? ¡Vaya descubrimiento! Sin yo ser psiquiatra, pero si veterano de la vida, creo que nuestro estado de ánimo depende fundamentalmente del grado de carencias que podamos percibir cuando hacemos el pronóstico de cada nuevo día.
Puede ser falta de dinero o una visión pesimista de su logro; puede ser carencia de afecto y reconocimiento a «corto, mediano y largo plazo» o puede ser un problema de salud el que nos aqueje. En todo caso, para lograr soluciones a cualquiera de nuestros problemas deberíamos primero que nada aceptar los postulados de la famosa frase de Reinhold Niebuhr: «Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas.»
Diferentes actitudes humanas se evidencian en los momentos difíciles de la vida. En la película «Titanic», por ejemplo, se muestran las diferentes facetas por las que se manifiestan los seres humanos frente a la adversidad; se observa que miedo, heroísmo, entrega y misticismo bien pueden conjugarse en una misma persona en momentos diferentes.
Decía Dostoievski que las personas no eran enteramente buenas ni enteramente malas, sino una mezcla circunstancial de ambas cualidades, y eso lo sabemos cada uno de nosotros…Ahora, sabiéndonos capaces de cualquier cosa, podemos reflexionar sobre las veces que nos hemos encontrado frente a situaciones difíciles y como las hemos enfrentado: ¿Nos hemos dejado vencer por el problema? ¿Lo hemos evadido? ¿No creemos que tenga solución? ¿Mantenemos la esperanza por encima de todo? ¿Nos esforzamos denodadamente para lograr el objetivo?.
Para aquellos lectores que sientan flaquear su fuerza de voluntad a ratos les propongo el siguiente ejercicio diario antes de salir a bregar la calle.
1. Leer el citado pensamiento de Niebuhr que debe estar colocado en un sitio visible de nuestra intimidad.
2. Hacer un inventario de las actividades del día, separar los problemas y luego jerarquizarlos en orden de importancia, de serios a veniales.
3. Evaluar la solución y enfrentar, si es posible, al problema más serio en primer término. Cualquiera que sea el resultado habremos vencido el temor y estaremos en mejor posición que si hubiésemos evadido el asunto. Con íntimo orgullo sentiremos que hemos «matado a la culebra por la cabeza».
4. Afincar el propósito de evitar las distracciones y tentaciones que nos desvíen de la programación mental que tenemos del día. Esto implica despojarse de temores y de flojera.
Concluida la jornada, es esencial efectuar el balance del día para evaluar la efectividad de esta especie de «Método de la Voluntad»: ¿Que nos faltó por hacer? ¿Que hicimos mal? ¿Cómo mejoraremos nuestra conducta mañana? Y para concluir les recomiendo utilizar un artificio que yo uso en momentos de debilidad y que no es otro que el de repetirse a sí mismo la estimulante frase «contra la depresión, ¡acción!«. Grávesela, úsela y verá que tiene efectos mágicos frente a los problemas que nos afectan el alma.